BE MY VALENTINE
El día de San Valentín se
lleva celebrando durante muchos siglos en el Reino Unido; en realidad es una
celebración tradicional de los países anglosajones, que se ha ido implantando
en el resto de países a lo largo del siglo XX.
La festividad surgió como una
combinación de ritos paganos y cristianos. Hay mucha controversia en torno a su
origen, debido a las numerosas leyendas existentes y al misterio que las rodea.
Los romanos ya celebraban una
festividad en torno al 15 de febrero, a la que denominaron Lupercalia,
con la que señalaban el comienzo de la primavera.
Cuando la Cristiandad se extendió a lo largo del Imperio Romano,
que incluía gran parte del Reino Unido, esta festividad se convirtió en el día
en el que se recordaba a San Valentín. Los festivales paganos y cristianos se
unificaron: el festival de Lupercalia se adelantó un día y San Valentín empezó a
celebrarse el 14 de febrero.
¿Sabíais
que hubo más de un San Valentín? Parece que fueron tres, pero aquí sólo
hablaremos del más famoso de ellos, un sacerdote cristiano del siglo III que
vivió en tiempos del Emperador Claudio II, conocido por defender el amor en el
Imperio. Casó secretamente a parejas, a pesar de las órdenes del Emperador, que
había prohibido los matrimonios al creer que los hombres no querrían ir a la
guerra si tenían que dejar a sus mujeres y familias atrás. Cuando Claudio II
supo de estas ceremonias, Valentín fue detenido, permaneciendo preso hasta su
muerte, un 14 de febrero.
Se dice que antes de morir
curó la ceguera de la hija del carcelero (una leyenda posterior llega a afirmar
que incluso se enamoró de ella), dejándole supuestamente una nota que firmaba
“de tu Valentín”.
La carta de San Valentín más
antigua de la que se tiene noticia es del siglo XV y fue escrita por Carlos, duque
de Orleans. Se trataba de una poesía dirigida a su esposa y escrita durante su
encarcelamiento en la Torre de Londres, tras su captura en la Batalla de Agincourt (1415). En el poema, el duque habla de su amor por su esposa y se
refiere a ella como Ma tres doulce Valentinée
[mi dulce Valentina / enamorada]. Aún se conserva en el Museo Británico.
En 1601 San Valentín ya era lo suficientemente popular como para
ser mencionado por William Shakespeare en algunas de sus obras.
Es en Inglaterra donde el intercambio de notas de amor el día de
San Valentín se hizo popular. Ya era una práctica común en 1797, año en el que
se publicó por primera vez The Young
Man’s Valentine Writer, que contenía rimas y canciones sentimentales
para aquellos que no escribían sus propios versos.
El abaratamiento de los servicios postales que
tuvo lugar en el siglo XIX facilitó el envío de un mayor número de tarjetas de
San Valentín. Hizo posible enviar tarjetas anónimamente (tradicionalmente, los
mensajes de San Valentín han sido de carácter anónimo), y se hicieron tan
populares que se empezaron a producir en masa. En la época victoriana las
tarjetas evolucionaron a una forma más delicada con papel de encaje, añadidos
de terciopelo, lazos, y los materiales que se usaban eran de la mejor calidad.
Estas tarjetas con frecuencia escondían mensajes secretos tras los pliegues o
lazos, ya que los padres victorianos eran muy estrictos y no permitirían que
sus hijas recibieran ningún tipo de correspondencia a no ser que ellos la
hubieran leído primero. En 1872 el servicio postal empezó a permitir el envío
de pequeños paquetes, con lo que empezaron también a enviarse pequeños regalos.
Como la costumbre de enviar tarjetas, flores,
chocolates y otros regalos se originó en el Reino Unido, este día sigue
teniendo conexión con algunas costumbres locales inglesas. Por ejemplo, en
Norfolk, un personaje llamado Jack Valentine llama a las puertas y deja dulces
y regalos a los niños.
A mediados del siglo XIX, Esther Howland, de
Massachusetts, introdujo las tarjetas de San Valentín en Estados Unidos, cuando
empezó a importar papel de encaje y decoraciones florales desde Inglaterra,
para finalmente empezar a producirlas en masa. Y desde Estados Unidos la
celebración de San Valentín se extendió al resto del mundo.